A lo bestia
Hay costumbres que uno adquiere sin saber cómo y que pierde de la misma manera: rascarse la barbilla, llenar los vasos de agua sólo hasta la mitad o leer, todos los días, Letras enredadas. Era una buena costumbre (mejor que la de rascarse, que acaba provocando arañazos), pero la perdí. Ayer me acordé del que se esconde tras las letras enredadas y corrí a leerle. Y, después de un largo silencio, había vuelto a escribir. Releeré todos sus posts mientras me rasco.
4 comentarios
Peter -
Lo de la culpa, habría que ver quién empezó todo esto.
Nodisparenalpianista -
eresfea -
J. -