¿Hay alguien ahí?
Que miedo da internet. Llevar un diario sobre mis recuerdos en una red infinita y sin memoria me produce vértigo. Sólo puedo decir que me siento solo en el ciberespacio, y ante ese vértigo, sólo me queda recordar el primer mensaje de correo electrónico que recuerdo haber escrito. Se lo escribí a una amiga que estaba sentada a mi lado, explorando los misterios del correo, como yo, por primera vez, y decía así: "Me marean las verjas de las ventanas".
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