Un rayo de sol
Oh, oh, oh. Ahora que llega el verano y falta poco para que yo me marche al invierno, he querido poner uno de los recuerdos que me llevaré de la casa en la que todavía vivo. Un rayo de sol. El rayo de sol. Entraba más o menos a las diez, todas las mañanas de primavera, y se detenía en nuestro horrible sofá azul mientras yo abría las cartas del día, ojeaba el periódico o empezaba a trabajar. Ahí está, en la imagen, iluminando un cojín de un equipo de fútbol en el que meó alguna vez el perro famoso de una escritora famosa. No recuerdo si alguien se molestó en lavarlo después, o simplemente lo pusimos ahí, en el sofá, confiando en nuestro pequeño rayo de sol para que lo secase.
3 comentarios
eva -
que suerte poder ver ese rayo a las 10.
ummmmmmmmm
yo no me acuerdo de un rayito asi desde hace unos 2 años.
Eso de levantarse pronto es un rollo
Yavieh y Karlovsky -
Hola, hika, hace once meses y quince días que apareció un rayo de luz en mi vida y me desintoxiqué del pragmatismo. Hoy encontré a Yavieh y he recaído. En fin. Empezaré de nuevo. Karlovsky.
Pistacho -
Buen Viaje!!