Enfermedades. 1.
Inauguro subsección ocasional dentro de un blog ficcional, falso, literario y memorístico al mismo tiempo: Enfermedades. Verdaderas o falsas, propias o ajenas, vividas o imaginadas. Para mí, todas las enfermedades son mías. Todas las he padecido o las padeceré en un futuro, y todas son susceptibles de encerrarme en casa durante unos días. O de llevarme de médico en médico sin solución. Hipocondriaco. Para empezar con un pie en la realidad, hoy hablaré brevemente de mi hernia inguinal, enfermedad propia de gente que hace ejercicio, obreros, maquinistas o deportistas. No hace falta subrayar que ni hago ejercio ni soy obrero ni acostumbro a cargar ladrillos de un lado a otro. Se da preferentemente entre mayores de 40 años. Yo la padecí con 17. En alemania. Sin saber alemán. El médico que encontré, después de varios días con un dolor insoportable, tampoco sabía español. Ni francés. Ni inglés. En latín consiguió hacerme entender qué es lo que tenía. Cuando volví a casa, un médico patrio me introdujo la mano, con guante, por un espacio vacío que hay entre la pierna y lo que hay a su lado. "Hernia. Si te duele dentro de un mes, hay que operar". Todavía está esperando.
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