Dedicado a
Nomeacuerdo ha cambiado. Cuando empecé a escribir esto, sólo mi ordenador, y los de los cibercafés ilegales donde actualizaba, sabían de su existencia. Ahora tengo fans anónimos, enemigos declarados, y de vez en cuando, hay quien me reclama que actualice. La última petición (y declaración de fidelidad al blog) se produjo el viernes, a altas horas de la madrugada, en un bar ruidoso. Pero, ¿qué contar cuando eres consciente de que (y de quiénes) te leen? Prefería el anonimato, la nocturnidad, la alevosía y la impostura. El silencio. Los mensajes anónimos en botellas de ceros y unos. La tristeza del contador de visitas sin estrenar. Para los que me leen, y para quien me reclamó que escribiese, un recuerdo prestado que siempre me hace sonreír. El 125 de Georges Perec:
4 comentarios
Y quién es él -
Si desea inscribirse en nuestra asociación de Melancólicos Anónimos, rellene por favor el impreso que no le adjuntamos y después tírelo en cualquier papelera.
Le reitero el testimonio de nuestra más distinguida consideración,
M.A.
asincopado -
Nahum -
Eresfea -