Código
Doscientas personas hacen cola para recibir un autógrafo automatizado de un escritor enfadado permanentemente con el mundo y con los autógrafos. A. y unomismo acompañamos a J. en su lento peregrinar para recibir uno de los diez autógrafos que el escritorenfadadoconelmundo tiene preparados para sus discípulos. Y resulta que el escritorenfadado está contento, y decepcciona comprobar que no es el mismo que se deja ver en las columnas de los periódicos donde predica, que no insulta, educadamente, a los que le adoran, que firma complaciente el primer libro de J., y no rechista cuando le presenta el segundo.
Y pienso que si unomismo tuviese que firmar doscientos libros en una noche, escribiría frases automáticas, sin sentido alguno, con mensajes ocultos y códigos de la Segunda Guerra Mundial escondidos entre las letras para sembrar el caos y el desconcierto entre el público disciplinado.
Y luego nos tomamos unas cañas, bien contentos.
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J. -