1.440

Chris Marker dice en Sans Soleil que no entiende cómo recuerda la gente que no rueda, que no saca fotos, que no graba. "Recuerdo aquel mes de enero en Tokio. O mejor, recuerdo las imágenes que rodé aquel mes de enero en Tokio". Hoy, leo en un diario que un científico ha decidido colgarse una cámara al cuello que hace una fotografía cada minuto, para tener registrados todos sus recuerdos. 60 recuerdos por hora. 1.440 recuerdos diarios. 10.080 recuerdos semanales. 524.160 recuerdos anuales. Y leyendo todo esto, yo sólo puedo pensar en el estanquero de Smoke, que hizo algo parecido, y quizás más bonito.

 


Fume

4 comentarios

[Pistacho - 15 de enero de 2006 - 08:42]

La memoria ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.

[Ochén Jaraxó - 14 de enero de 2006 - 16:29]

Discrepo profundamente, nahum. La memoria no se afila poniéndola a prueba, más bien al contrario. Está demostrado: cuanto más esfuerzo se hace por recordar, menos lo consigue uno. Menos mal que este año todo será diferente, con un diario Moleskine...

[el del blog - 09 de enero de 2006 - 16:50]

Vaya memoria. Yo ni me acordaba de la horrible trencita esa. Y menos de las zapatillas marrones por el barro. Bonito recuerdo, en cualquier caso.

[nahum - 09 de enero de 2006 - 16:08]

Yo, hasta hace nada, nunca tuve cámara de fotos. Ni de vídeo, claro. Lo bueno de aquello (aparte de no poder adoptar nunca la nacionalidad japonesa) es que desarrollas una memoria prodigiosa.

Meacuerdo, por ejemplo, de un día de primero de carrera en la que un tipo con una trencita hippie, que muchos días venía en bici a la Facultad, se le ocurrió acortar por el Campus. Iba con Carolina Isaacs. Grave error el de aquel grupo: el campo que atravesaron aún estaba embarrado de la lluvia pamplonica del día anterior. Se dieron cuenta a mitad y optaron por la huida hacia delante. Y, claro, llegaron a clase con las zapatillas marrones.

Un desastre.

Como no tenía cámara aquel día, no sé cómo demonios meacuerdo con tanta fidelidad de lo que allí ocurrió. Y eso que ni te conocía de nombre. Eras, entonces, el de la "trencita".

Si hubiera tenido cámara, tendría una imagen de aquel grupo y sería incapaz, entonces, de recordar por qué demonios la hice.