El maletín (o la transferencia)
Como preparación al invierno que se me avecina, paso unos días en Galicia, tierra de la eterna morriña y cielo gris, donde compruebo con alegría que las cosas no cambian tan fácilmente. Como muestra del ingenio gallego, la historia del señor que vendió puestos de la Xunta por el módico precio de 6.000 euros el puesto. No quiero imaginarme la cara del funcionario cuando el día 20 apareció en su despacho un señor trajeado diciendo: "Soy el nuevo director general. Aquí tengo el recibo de la transferencia".
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Paco -