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nomeacuerdo

Lluvia no rodada


Revisando mentalmente las imágenes que no rodé en mi viaje a Nueva York he recordado una especialmente: la lluvia torrencial, desde un café tranquilo, en una calle perdida de Queens. Saqué la cámara y quise rodar. Pero no. No había luz. O el sonido de la lluvia y mi cámara muda no llegaron a un acuerdo. Y ahora recuerdo sin rodar y, quizás, las imágenes que nunca rodé terminen por sustituir a mis verdaderos recuerdos.

6 comentarios

elotroyo -

Conozco a una persona que nunca lleva cámara en sus viajes, prefiere el recuerdo antes que el retrato momentario.-

b -

Cuando vi por primera vez este post, Jose o inquietas, estaba allí, al fondo. Intenté recordar cuando habíamos hecho esta foto y no fui capaz. Pensé en ello otra vez y volvía visitar la página. Jose había dsparecido. En su lugar había un tipo con sombrero. Un vulgar farsante. Me dio pánico y apagué el ordenador. Hoy he vuelto y Jose se ha transformado en una familia con sillita y todo. ¿Me querrá decir algo este blog o es que nomeacuerdo?

Inquietas -

Dile a tu mente que deje de moverse. No para de desconcertarme con el vaivén: he llegado a ver la lluvia torrencial sin haberla visto nunca desde el 29th St.

Memento -

La Ronda. Me cuesta meterte en esos recuerdos. Obvio.

Nahum -

Nuestros recuerdos ya no son los nuestros, amigo.

Lucía -

Creo que fue un sábado. Íbamos bajando Ramón, mi hijo, y yo hacia el sur de la isla. Vaya chaparrón. Por no mojarnos, por no pelear por quién lleva la cámara bien protegida, nos metimos en un ciber-cutre-café. Dos dólares a cambio de que el cubano nos dejara resguardarnos.
No sé a qué miraba más (yo, claro), si a la pantalla o a la cascada que se dejaba caer desde los canalones del edificio.