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nomeacuerdo

Secuencia

Secuencia de acontecimientos mediáticos unidos, lo sé, por una secreta relación de causa-efecto:

- Enrique Rubio aparece a toda página en un medio de información regional, donde afirma, sin rubor, admirar a Osasuna

- Una señorita de Alcobendas, Madrid, gana el Óscar por una película de un director que antes hacía películas.

- Dimite el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo.  

No puede ser simple casualidad. No puede serlo.

Que paguen

 

 

Seamos sinceros: los trabajadores molestan. Se empeñan en cobrar, disfrutar de las vacaciones, ahorrar el dinero que podrían gastarse en productos de otras empresas e incluso agruparse, a veces, en incómodos clubs llamados sindicatos para conspirar contra nosotros. Por eso resulta irritante que se enfaden con propuestas como estas, la de abaratar el despido, que ideamos solamente para contentarles, para justificar los sueldos de los sindicalistas, para otorgar titulares a la prensa que se proclama como de izquierdas. 

Ilusos. 

Lo que de verdad queremos es cobrarles por trabajar.

En la foto, empresaria embelesada ante un horizonte tan oscuro como prometedor. 

Literal

Literal

 

No me den las gracias. El nuevo servicio de traducción de nomeacuerdo al finlandés es cortesía de otros. Yo me limito a enlazarlo para hacerles a todos ustedes la vida más fácil. No me den las gracias. 

La influencia

Soy poderoso, y lo sé. Estoy entre los líderes mediáticos de la blogosfera mundial. Y lo sé. Pese a mi inmenso poder, nunca, o casi nunca, lo ejerzo, y tanto desapego siento hacia él que en ocasiones olvido quién soy, y la capacidad de influencia que tiene el más pequeño de mis actos, la más nimia de mis decisiones, la más tonta de mis opiniones. 

Hasta hoy. 

El diario El País (antiguamente independiente de la mañana, ahora dependiente de nomeacuerdo) ha seguido al pie de la letra mis instrucciones de ayer y ha puesto a sus redactores a mejorar textos ajenos a destajo. Una noticia publicada el día 14 de enero, en exclusiva, por la edición impresa del diario ADN, ha sido reproducida hoy, 15 de enero, con pequeños retoques, y, como debe ser, sin citar la fuente, en el suplemento de Madrid del rotativo (qué ganas de escribir esta palabra) madrileño. 

Y sin embargo, la inexperta redactora, en su afán, loable y entendible, por obedecer rápidamente mis instrucciones, olvida una de las normas básicas del plagio, enunciada ayer en mi i-Encíclica semanal: mejorar, pero no ocultar completamente, el robo. Porque, ¿para qué sirve un plagio que se agazapa en una buena edición, para qué ocultar lo que no es sino motivo de orgullo, para qué esconder el afán posmoderno que todos llevamos dentro? No, señores, señoras, no, esclavos y esclavas: plagien, pero háganlo bien: que se note. 

Los dueños del Gran Norte

A Ander le han plagiado un texto. Lo que más me llama la atención de estos casos de intertextualidad es la afición que muestran los plagiarios por reescribir (mejorar, pensarán ellos) los textos originales. Podríamos pensar que se trata, simplemente, de pequeñas operaciones de maquillaje para que el plagio pase desapercibido. Pero no. El análisis que Ander hace de los dos textos (el suyo y el suyo) no deja lugar a dudas: Pedro Madera, autor del segundo reportaje de Ander, cree que Ander escribe mal. Menos mal que ahí está él para mejorarlo. 

Fantástico. 

Propongo un ejercicio, aprovechando los beneficios de una blogosfera aburrida y sin noticias jugosas últimamente: que seleccionemos todos otro texto de Pedro Madera y lo publiquemos, mejorado, con nuestra propia firma. Empiezo yo, con este reportaje sobre el Gran Norte, lugar en el que nunca he estado, pero que no necesito conocer para describir mejor que el autor original. Como Ander, dejo en negrita las coincidencias entre un texto y otro. 

 

Los dueños del Gran Norte

Más allá del Círculo Polar Ártico, cerca de la estación madrileña de Cuatro Caminos, se encuentra un archipiélago de las islas Lofito. Dicen que reúnen la mayor parte de los encantos de las mujeres suizas. La pesca de arrastre, el sol que más calienta, las auroras y los bosques de pino quemado, los escarpados desfiladeros sobre el mar, elefantes de todo tipo...

 

En los confines de mi barrio, más allá del Bar Círculo Polar Ártico, se encuentra un archipiélago de islas a medio camino entre la realidad y la tontería. Dicen algunos autores a los que no voy a citar que en las Lofito se reúnen la mayor parte de los encantos de las prostitutas de la casa de Campo. La pesca de altura, el sol de medianoche, las auroras boreales, los escarpados desfiladeros sobre el mar, aves de todo tipo, especialmente jugosas asadas lentamente en hogueras de leña de árboles cortados clandestinamente... son algunos de los atractivos de estas misteriosas islas.

Austvågøy, Gimsøy, Vestvågøy, Flakstadøy, Moskenesøy, Værøy y Røst son nombres que me acabo de inventar para un paisaje único, lugares que inspiraron a  Ana Rosa Quintana para copiar algunas de sus novelas. Las islas forman una especie de muro montañoso en medio del mar, paralelo al gigantesco fiordo de Vestfjord, en la costa noruega. Tan sólo hay 12345 kilómetros de carretera que salta de isla en isla, sin puentes, en un fenómeno que ningún científico acierta a explicar, ni tan siquiera Eduard Punset, que pasa aquí largas temporadas doblándose a sí mismo del inglés al español, y viceversa, y comprobando que nunca las traducciones son fieles al original. Con sus cumbres rocosas y cubiertas de nieve y hielo, con sus calas nudistas, sus playas y vírgenes de libre uso, las Lofito son la última frontera, 2 kilómetros cuadrados para vivir una experiencia única.

Moverse por las islas no es difícil. Sólo hay que echar un pie detrás del otro, en un acto que aquí denominan: "andar". Una red de ferrys y una carretera salvan los estrechos que las separan y permiten descubrir caminos asfaltados denominados autopistas que atraviesan bosques y praderas.

(continuará)

Ahora, todos a mejorar textos ajenos. 

(Actualización: la noticia del plagio del plagio está en menéame, un cacharro que no sé para qué sirve pero que está consiguiendo que el plagio del plagio se difunda con rapidez. Gracias)

Tiempo de más

Una foto de Flickr

Ahí arriba tenemos a un señor congelado en el tiempo en su intento por escaparse del objetivo de mi cámara. De fondo, una pareja que llegaba tarde a la Ópera no consigue avanzar, por más que lo intentan. Esta es la tercera de una serie de tres fotos que tomé en los soportales de la Plaza de San Marcos mientras paseábamos, de noche y con frío. Ahora miro la foto, pienso en ese segundo de más que los científicos han tenido a bien regalarnos el año pasado, y tengo la sensación de que no aproveché demasiado ese tiempo extra que nos regalaron, como si el año entero fuera una pantalla de videojuego en la que cada foto lograda te regala tiempo de más para alcanzar la meta.  

Pasar a la acción

Hace mucho anuncié mis planes para pasarme a la clandestinidad, y trabajar en la sombra por la caída del capitalismo y la instauración de un régimen en el que yo mismo me ocuparía de controlar TODO, para ahorrar trabajo a los demás. Conseguí convencer a destacados nombres de la aristocracia capitalista, y con su ayuda (gracias, Madoff) hemos desencadenado una pequeña crisis mundial con la que esperamos dar la vuelta al orden mundial, y colocar la capital del nuevo mundo en un local vacío que hay frente a mi casa, para no tener que usar el metro, cada vez más infestado de yuppies que no quieren gastar gasolina. 

Mientras ese momento llega, el viernes decidí poner en marcha la estrategia de socialización del pánico, y en memoria de mis camaradas SHANDYS, me colé en la fiesta que ofrecía, amablemente, y para la aristocracia neoliberal, la insigne presidenta de la Comunidad de Madrid, doña Esperanza Aguirre. Con la ayuda de un abrigo elegante, un afeitado reciente y una bufanda de cuadros ingleses, me introduje sin problemas en una fiesta donde se daban cita una cantidad ingente de señores de rizos peinados hacia atrás con gomina y aspecto de regentar, desde su despacho en Génova, oscuros clubs de carretera. Una vez situado, definidas las medidas del local, comprobadas las salidas de emergencia y el estado alcohólico de los guardas de seguridad, aproveché un momento de distensión en el coctel para detonar mi sencillo artefacto: con un elegante golpe de muñeca, y a escasos centímetros de un grupo de consejeros, ministros y presidentes de comunidades autónomas, logré arrojar al suelo una bandeja repleta de copas de vino tinto, que es el que más mancha, sembrando el pánico y la confusión, momento que aproveché para lanzarme sobre mi verdadero objetivo: la tortilla de patatas. Si apoyas mi revolución, firma aquí

Políticas sociales

Una foto de FlickrUna foto de Flickr

Para quienes todavía piensen que el PSOE no es un partido de izquierdas, he aquí la prueba de su atención desmesurada a los más desfavorecidos: bajarles los impuestos a los dueños de los bancos. Por favor, lean esta noticia con esto de fondo. 

Marseille

Una foto de FlickrUna foto de FlickrUna foto de FlickrUna foto de Flickr

 

Hoy he pensado en Marsella, en algunos vídeos que rodé, en salas de cine oscuras, y en cómo me gusta pasear por el Vieux Port, intentando recordar la primera vez que estuve, y de la que sólo guardo el recuerdo de una foto en blanco y negro que me gustó mucho hacer y que no consigo encontrar. Y sí, pienso, las imágenes han sustituido a mis recuerdos. Y creo que me gusta. 

Yo que tú yo que tú ya no me moriría

Yo que tú yo que tú ya no me moriría

No quiero imaginarme al redactor de este medio de comunicación pensando: "La gente ya no me aguanta nada". No quiero. Así que prefiero regalarle la foto a anderiza y acordarme de Peter, ahora que hace frío. 

Solución a la crisis

Una foto de Flickr

Transcribo, por su interés socio-político, una misiva enviada hoy mismo al Servicio de Atención al Cliente de la entidad bancaria Caja Laboral, tras su emocionante decisión de cobrar 2,40 euros por uso del cajero automático en entidades diferentes a la mencionada, incluso cuando pertenezcan a la red Servired, a la que está adscrita Caja Laboral: 

Estimados señores, 

soy XXXXXXXXXXX, (DNI XXXXXXXX-z), cliente de su entidad, y me dirijo a ustedes porque he recibido la buena noticia, gracias a su infravalorada "política de transparencia", de que a partir del 1 de diciembre, pasarán a extraernos de nuestras cuentas 2,40 euros cada vez que hagamos uso de la red Servired, a la que ustedes pertenecen, en cajeros que no sean de Caja Laboral. No mencionaré el dato de que vivo en Madrid capital, donde a duras penas se puede encontrar un cajero de su entidad, porque esta es una cuestión menor. 
Lo importante es que hayan tomado por fin esta decisión. ¡Bravo! Les felicito por esta brillante iniciativa: ya era hora de que alguien se atreviese a quitarse la máscara y acabar con el bulo de que las Cajas de Ahorro y Bancos son ONG, entidades de ayuda al necesitado o, todo lo más, o supermercados de baratillo en los que conseguir a módico precio vajillas, lavadoras o viajes a Torremolinos. 
Entiendo que 209 millones de euros de beneficios no son suficientes para satisfacer las necesidades básicas de su cúpula directiva, y aplaudo su brillante iniciativa de recuperar la práctica, desgraciadamente en desuso, de la usura. Al fin y al cabo, la crisis que nos acecha no es una crisis, sino un desigual reparto de la riqueza: los pobres y la clase trabajadora hemos creído que teníamos acceso al dinero, cuando este pertenece en exclusiva a sus legítimos propietarios, los ricos. 
Les animo fervientemente a continuar por esta línea de trabajo, y me atrevo a proponerles otras iniciativas para que las trasladen a su consejo de administración, en próximas reuniones:
- Duplicar, o triplicar, los intereses de las hipotecas. 
- Instaurar comisiones por uso de suelo de oficina, gasto de papel en las libretas de ahorro y de tinta de impresora al actualizarlas, o comisiones por palabra empleada en cada una de sus comunicaciones, sean verbales, escritas o por correo electrónico. 
- Recuperar el lamentablemente abolido derecho de pernada, que tantas satisfacciones proporcionará a sus directivos. 
Todas estas iniciativas serán previamente comunicadas a sus clientes, en virtud de su política de transparencia, claro. Que no se diga. 
Dicho esto, lamento comunicarles que mi pobre estado de cuentas no me permitirá colaborar en esta nueva estrategia de estrangulamiento de la clase trabajadora, y sintiéndolo en el alma, tendré que marcharme a otra entidad bancaria más mojigata y que, al contrario que ustedes, no haya entendido la verdadera filosofía del negocio: ganar dinero a costa de los que menos tienen. 
Atentamente suyo,
XXXXXX

 

Obama al cuadrado

Una foto de Flickr

 

Lo ha escondido al final, pero en realidad debería ser el comienzo de la crónica, porque ahí se esconde todo el misterio de la campaña, y reciente triunfo, de Barack Obama como presidente del mundo (a ver si nos dejan votar a los demás también, ya que tenemos que aguantar su campaña electoral, además de las nuestras). Lo ha escondido al final, pero es la noticia del año. Lo ha escondido al final, pero explica, mejor que nadie, el fenómeno de Barack Obama. Lo ha escondido al final, y yo lo digo pronto: Barack Obama tiene un doble. Sí un doble, se llama Ary Katz, y fue el encargado de sustituir al ¿verdadero? Obama en una de las muchas fiestas con las que celebraron la victoria del candidato mulato en EEUU. 

Si los políticos fueran al cine, y si los políticos hubieran visto El asesinato de Jesse James a manos del cobarde Robert Ford, sabrían del peligro de querer ser otro, sabrían del peligro de querer ser famoso, sabrían del peligro de entregarte a los medios.

A por él

En grupo.

4-2

En un gesto inédito, que muchos podrán considerar como mi suicidio social, voy a emitir mi opinión sobre la victoria de la Selección de fútbol del país conocido como España sobre la equivalente del país conocido como Italia: ganar por penaltys no es ganar. 

A penaltys jugábamos los que no sabíamos jugar a fútbol.

Por penaltys ganábamos los que no sabíamos ganar-jugar a fútbol.

Los penaltys son lo único que nos gusta a los que no nos gusta el fútbol.

Por más que uno de los locutores (me resisto a denominar periodistas a unos señores cuya labor es la de unos Manolo-el-del-bombo pero vía televisión) de la cadena que retransmitía el partido afirmase: "ganar a Italia en los penaltys es lo más grande que no podía pasar", hemos de reconocer todos que los penaltys son el consuelo de los inútiles. Como yo, que soy el rey de estos penaltys, que, por cierto, provocan bastante menos ruido en el vecindario que los arriba mencionados.

He dicho. Ya pueden soltarme sus pedradas. 

Chao

 

Me he sentido muy mal al leer esta noticia. Quizás porque Iñaki era el hermano de un compañero de clase. Quizás porque he sido incapaz de continuar con la tradición montañera de mi abuelo. Quizás porque todavía repito en el metro las sentencias que mi abuelo nos enseñaba mientras subíamos montes los fines de semana. Quizás. Pero intuyo que hay otras razones que no consigo explicar. Mientras las descubro recuerdo cómo su hermano nos contaba que disparaban juntos flechas a los rodapiés de su casa con un arco que él había traído de alguna expedición lejana. Chao, Iñaki.

Error

Van Gogh nos enseñó (por lo menos a mí) que pintar feo puede estar bien. Pensé en esa idea cuando descubrí que mi cámara de fotos, que uso como cámara de vídeo, tiene un error al procesar la información de los reflejos. Y ahora sólo ruedo reflejos e investigo más errores.

Ahí estaba yo

Ahí estaba yo

Como ya no estoy en el lugar de la foto, he decidido borrarme.

Quirófano

Y sí, también tengo fotos de velos y burkas de todos los colores (y sorprendentemente muy extendidos), pero siempre me ha podido más el interés por los pies que por las cabezas. Este grupo de piernas occidentales calzadas con fundas azules corresponden a un grupo de turistas a punto de entrar en una mezquita antigua. El barullo producido por los flashes, los guías en miles de idiomas y las risas de algunos adolescentes contrastaban con el silencio de otra mezquita, la noche anterior, en el centro de un barrio popular egipcio.

No hay pirámides

Sí, tengo fotos de las pirámides, pero me gustan mucho más estas de un pavoroso incendio con el que nos topamos la primera noche, en pleno centro de El Cairo, cuando salíamos de cenar con E., corresponsal de EFE. De toda la serie publico una que retrata bien, creo, los momentos de desconcierto previos a un movimiento fascinante: cientos de personas ayudando a los bomberos a apartar los coches, desenrollar las mangueras y, sí, a tapar los agujeros de estas últimas y poder así sofocar el fuego. 

Coproducción

Coproducción

Un director filipino, montado en un carrito de la compra, rumbo a Cannes. Y al fondo, un director español intentando reunir dinero suficiente para sacar su coche de un parking cercano a su casa. Un largo plano secuencia uniría el carrito, el coche y la firma secreta de un acuerdo de coproducción que podría producirse en cualquier fuera de campo. El cine siempre es subterráneo y clandestino.