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nomeacuerdo

me acuerdo

Dedicado a

Dedicado a

 

Nomeacuerdo ha cambiado. Cuando empecé a escribir esto, sólo mi ordenador, y los de los cibercafés ilegales donde actualizaba, sabían de su existencia. Ahora tengo fans anónimos, enemigos declarados, y de vez en cuando, hay quien me reclama que actualice. La última petición (y declaración de fidelidad al blog) se produjo el viernes, a altas horas de la madrugada, en un bar ruidoso. Pero, ¿qué contar cuando eres consciente de que (y de quiénes) te leen? Prefería el anonimato, la nocturnidad, la alevosía y la impostura. El silencio. Los mensajes anónimos en botellas de ceros y unos. La tristeza del contador de visitas sin estrenar. Para los que me leen, y para quien me reclamó que escribiese, un recuerdo prestado que siempre me hace sonreír. El 125 de Georges Perec:


"Je me souviens que Khrouchtchev a frappé avec sa chaussure la tribune de l´O.N.U."

Aparecer (o no)


Tengo cierta tendencia, cada vez más agudizada, a desaparecer. No llamo ni atiendo llamadas. No escribo correos y ni tan siquiera visito mi propio blog. O lo visito con nombres falsos, como si mi primer yo hubiese desaparecido, y yo fuese en realidad otro, al que no conozco. Aparecer. Desaparecer. Pienso en todo esto, y en cómo darme esquinazo sin que yo mismo me entere, mientras recuerdo cómo este guión , de aparecidos/desaparecidos fue de los primeros que leí de un tirón, una tarde nublada en una piscina ventosa. Apareceré de nuevo, para el estreno. O no.

Stalker

Stalker Supongo que ya no se llevan. Que la coherencia y el sacrificio ya no están de moda. Que la comodidad y la diversión han ganado la batalla. Y quizás la guerra. ¿Entonces? Al monte, cual maquis de ciudad. 

Sonrisa

Sonrisa He olvidado la compañía, he olvidado el escenario, pero no ese plano de diez minutos, único, real, sobre las caras de unos niños que contemplan una obra de teatro que el espectador sólo escucha. En sus rostros, dolor, miedo, gozo, sonrisas . La vida entera en diez minutos. Diez minutos más viejo.

Restaurando un restaurador

Restaurando un restaurador Me acuerdo de cuando restaurador no significaba "cocinero  obsesionado por meter hidrógeno líquido en cualquier cocido", sino "señor que trabaja con paciencia en cosas antiguas". 

Suspender

Suspender Me acuerdo de cuando compartía despacho con V., al otro lado del mundo. Estábamos cuatro personas en la misma oficina, y una de ellas recibía una visita semanal que nos traía de cabeza: hablaba durante horas, en voz muy alta, y siempre con un mismo tema: ella y sus éxitos. Al principio escuchábamos en silencio, resignados, su parloteo. Hasta que descubrimos el poder de la fuerza . Una palabra escogida al azar de su última frase, introducida en Google, producía resultados hilarantes. El resultado nos lo enviábamos por mail, de mesa a mesa y en directo, y nos reíamos cada vez más alto. Si metes "suspender" en Google imágenes sale eso de ahí arriba. Y no digo que sea gracioso.


Carta de ajuste

Carta de ajuste Interrumpimos nuestra programación habitual (lenta y desmemoriada) para avanzarles una noticia de última hora. Según rumores bien informados (¿existe algo así?), Miguel Bosé publicará el año próximo un disco de grandes éxitos, en el que versioneará sus propias canciones a dúo con lo peor de la música internacional. Michael Stipe, el hombre hasta hace unos minutos conocido como "el cantante de REM y un hombre de buen gusto", participará en este enorme atentado mundial entonando junto a Bosé la reveladora "Lo que hay es lo que ves". Dejo abierta la posibilidad de incinerar todos juntos los discos de REM, y de paso, quemar también los de Bosé y Joaquín Sabina.

Dejar de

Dejar de

Me acuerdo de una película, Pinochet y sus tres generales, y de una reveladora entrevista con la esposa del dictador:

- ¿Algún defecto de su marido?
- Supongo que es un poquito autoritario. 

Y de noche, y con alevosía, afirmo que nadie puede desaprender a andar en bici. 

Se compra

Se compra

Me acuerdo de la primera casa en la que viví, de sus puertas y ventanas amarillas, y de que me opuse, sin conseguirlo, a que el cartel de "se vende" lo colocaran en mi ventana. 

Ejercicios de contexto

Chris Marker ya demostró hace medio siglo, en Lettre de Siberie, que las imágenes mienten dependiendo del contexto y el texto que las acompañen. Supongo que lo mismo ocurre con las palabras, que no son lo mismo dependiendo del contexto en que se sitúen. Tomemos pues las declaraciones de una conocida política española, en las que afirma que no llega a fin de mes con sus 100.000 euros anuales de sueldo. Ella afirma que las palabras han sido sacadas de contexto. Imaginemos, pues, diversos contextos. Las palabras exactas son estas:

- "No tener pagas extra me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!".

Contexto 1:

- Mi adicción a la heroína va a terminar pasándome factura. Gasto tanto en jeringuillas y gomas para encontrarme la vena que no tener pagas extra me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!

Contexto 2:

- Gasto tanto en ropa cara, en lujos, en relojes rolex que no tener pagas extra me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!

Contexto 3:

- Dedico el 100% de mi sueldo a obras benéficas, y no tener pagas extra me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!

Contexto 4:

- El mantenimiento del palacio privado en pleno centro de Madrid en el que vivo es tan caro que no tener pagas extra me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!

Contexto 5:

- Los abrigos de invierno y los bañadores han subido tantísimo de precio en los últimos años que no tener pagas extra me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!

No playa

No playa

Estos días de playas invernales me acuerdo mucho de mi abuelo gallego, que odiaba la playa y compró una casa frente a una bien grande, y bien desierta, para que pudiésemos disfrutar los demás. Era antes de la especulación, antes de las masificaciones, antes de casi todo, y de aquella época sólo recuerdo a Nerón, un perro enorme que salió a pasear y no volvió, el traje de mi abuelo, siempre igual aunque no el mismo, y el olor a sardinas que llegaba desde el primer chiringuito de la historia. También recuerdo fotos que mi memoria quiere convertir en recuerdos vividos, y el extraño placer triste que proporcionan las playas vacías, frías y oscuras. ¿Se puede ser tan bello como una imagen, tan memorable como una canción?

El cambio de estación

El cambio de estación

Mi mala memoria falla, y, raras veces, hay frases que se me quedan grabadas y me asaltan de vez en cuando. Estos últimos días, con la llegada tardía del otoño y la caída por sorpresa del invierno, me he acordado de J., que una vez, paseando por el Boulevar Artigas, me dijo que no podría vivir sin el cambio de estaciones. Ahora, por primera vez en tres años, he visto la transición del verano al otoño, las hojas, los vientos repentinos, la luz caída. He disfrutado, y ahora apunto recuerdos otoñales en las últimas páginas de mi libreta. Quizás, como J., yo tampoco pueda vivir nunca más sin el cambio de estaciones.

Historia de historias

Historia de historias

Mi vida transcurrió durante mucho tiempo entre guiones ajenos de películas ajenas. Leí más de los que podía recordar, y ahora recuerdo más de los que necesito. Aquellas historias que corregía, desechaba, mejoraba o empeoraba se me aparecen en sueños, me persiguen, me azotan y están planeando hacerme saltar desde la pasarela de un barco a un mar lleno de gente como yo. Durante mucho tiempo pensé en borrarlas de mi memoria, en pagar un tratamiento para hacerlas desaparecer. Hoy, todas esas historias plagadas de errores, lo sé, son mi mejor patrimonio, una fuente de ideas que no repetir, un mapa del tesoro al revés.

Rodar/cortar

Rodar/cortar ¿Y si hubiese dejado de rodar, precisamente aquí?

Bingo

Bingo Reunido el jurado unipersonal, ha decidido, por unanimidad, escoger esta foto, entre la infinita variedad que ofrece Google, para ilustrar este otro tema. Se abre el plazo de alegaciones, quejas y recursos. Ordeno y mando.

Manos

Ahora que me toca escribir sobre manos, recuerdo las horas pasadas frente a una hoja de papel, carboncillo en la mano derecha, intentando dibujar sin conseguirlo mi mano izquierda.

Guionizar lo real

 

 

Me acuerdo de que cuando trabajaba como guionista de una famosa presentadora de televisión, jugábamos a meterle goles en los guiones, a ver si los decía en directo. Y los decía. Las barbaridades que aquella señora pronunció sin que España se dividiese en dos eran responsabilidad mía. Leyendo esto , no puedo dejar de pensar las cosas que podría esconder en los discursos de este señor hasta conseguir que ganase las elecciones de Ruanda por mayoría absoluta.

Tantas autopistas

 

 

La foto parece decir que está borracho, que va a pasar la noche en prisión, que le pillaron intentando pegar a un portero de discoteca, a un matón de segunda, a uno con mal beber. Pero me da igual. En su último disco , póstumo, hay una canción que me hace llorar cada vez que la escucho. Y últimamente la escucho por lo menos, una vez al día, siempre que pienso que no estuve cuando mi abuelo preguntó por mí por última vez.

C. I.

C. I. No hubo suerte, y me quedé sin comprobar si la mujer barbuda lo era de verdad o no. A cambio, recordé que tengo en casa, desde hace por lo menos veinte años, un billete para el tren de la bruja que nunca me atreví a usar. Bienvenidos al circo (aunque la foto sea de la playa cercana, hace mucho tiempo). Y no olviden sus gafas 3D.

Tendría que

Tendría que Tendría que estar en lo más alto del gráfico. Tendría que estar con ella. Tendría que haberle llamado más. Pero no estoy allí, no estoy con ella, no le llamé suficiente.